CONADU HISTÓRICA SE MOVILIZA PARA QUE A PARTIR DEL PRÓXIMO 4 DE JUNIO, DÍA EN EL QUE SE INICIA EL JUICIO, NO QUEDE IMPUNE EL ASESINATO DE CARLOS FUENTEALBA
Todo lo llevaba consigo: la escuela, su familia, su actitud solidaria, su insobornable amor a la verdadad y sus utopías. Sin embargo, esta amable y contradictoria tierra, la misma que asesinó a Silvia Roggetti y a Teresa Rodríguez, hizo que sus dirigentes, en especial Jorge Omar Sobisch, mostrando su temple de hombre corajudo a la hora de enfrentar a las hidras venenosas que perturban el funcionamiento de la sociedad de libre mercado, decidió lo políticamente correcto según versa el más elemental diccionario fascista: dio la orden para que sea fusilado por un pusilánime llamado Darío Poblete. Y allí, en Arroyito, moribundo, quedó tendido Carlos Fuentealba, rodeado de sus cumpas y la maldita policía de Sobisch, Pechén y Sapag; sin curación posible víctima del Terrorismo de Estado mimetizado en el modelo de “democracia abismal” que supo construir Carlos Saúl Menem.
Que Carlos Fuentealba era un objetivo para el gobierno de MPN no es ninguna novedad. Ni para el gobierno del MPN ni para los que se autoconvocan para judicializar la protesta social. Ellos saben que no fueron los avatares de la vida lo que lo condujeron a hacer una elección a favor de los parias urbanos y del socialismo, sino su indignación hacia la crueldad, el sentido del orden y la desigual distribució de la riqueza que caracteriza a esta sociedad. Si cometió pecado alguno, fue contra este orden social injusto y la insensibilidad y estrechez de criterio de dirigentes como Sobisch, un ser brutal que con abominación ilimitada desprecia a la clase trabajadora. Y ese adversario que supo enfrentar Carlos Fuentealba sigue siendo una furia devastadora, un ser siniestro que espera y acecha pacientemente a sus próximas víctimas. La impunidad está de su lado.
JOS (*1) reúne el frío cinismo de Maquiavelo (más no su inteligencia), la inquietante oratoria de un encantador de la chusma y una friolenta crueldad. No es poco para un fascista que supo cosechar en las últimas elecciones algunos miles de votos.
A partir del 4 de junio próximo, con una nuestra movilización, tenemos la posibilidad de condenar, por ser el autor material del fusilamiento público de Carlos, a Darío Poblete, miembro de la policía de Sobisch y Sapag, pero ello no depende de un poder ejecutivo y de una justicia que están preparadas para dejar impune este crimen, de allí que insistamos, también , en el:
¡JUICIO Y CASTIGO A JORGE OMAR SOBISCH, RESPONSABLE INTELECTUAL Y POLÍTICO DE SU FUSILMIENTO PÚBLICO, CADENA PERPETUA PARA POBLETE!
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